Historia
La Universidad Técnica del Estado fue una institución superior que destacó en el proyecto educacional industrial chileno desde la década de 1950 hasta 1981. Con 9 sedes y 24 Institutos Tecnológicos a lo largo del país, durante veintinueve años formó profesionales desde la antigua tradición de la Escuela de Artes y Oficios, dejando una huella permanente en la modernización chilena.
En 1947 la Escuela de Ingenieros Industriales (1940), el Instituto Técnico Pedagógico (1944), el grado de Técnicos de la Escuela de Artes y Oficios (1915), las Escuelas de Minas de Antofagasta (1918), Copiapó (1857) y La Serena (1887), las Escuelas Industriales de Concepción (1905), Temuco (1916) y Valdivia (1934) concurrieron en la fundación de la Universidad Técnica del Estado comenzando completamente su funcionamiento en 1952. La nueva institución debió enfrentar numerosos problemas administrativos, financieros y de infraestructura que venían arrastrándose con anterioridad a la misma fundación y que con el aumento de la oferta académica se acentuaron. Por esta situación, en 1954 se realizaron catastros en cada una de las sedes y departamentos a nivel nacional con tal de diagnosticar los problemas y necesidades de los edificios de la universidad (Acta de Consejo Universitario, 6 de mayo de 1954). Entre las principales urgencias estaba la necesidad de adquirir o proyectar un edificio para el IPT que dispusiera de talleres y laboratorios para las especialidades técnicas, ya que el entonces edificio ubicado en Huérfanos resultaba insuficiente para las y los mil estudiantes que albergaba el Instituto. Entre las demás preocupaciones se encontraba habilitar talleres y laboratorios para la Escuela de Ingenieros Industriales, la Escuela de Artes y Oficios y las escuelas provinciales. Sobre el IPT se concluyó:
«Carece de edificio propio. Habría que proyectarlo e incluso adquirir el terreno correspondiente. Este establecimiento imparte enseñanza actualmente a cerca de mil alumnos y debe disponer de talleres y laboratorios para las especialidades técnicas.» (A.C.U, 6 de mayo, 1954)
El nombramiento de José Miguel Seguel como segundo rector de la UTE (1953-1957) fue contemporáneo a la elección presidencial de Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958) quien inició varias reformas en el plano socio-económico, como la creación del Banco del Estado -que reunió a la Caja de Ahorros, la Caja de Crédito Hipotecario, la Caja de Crédito Agrario y el Instituto de Crédito Industrial- con el fin de apoyar a instituciones estatales como la Empresa Nacional del Petróleo, la Compañía de Acero del Pacífico, la Industria Azucarera Nacional y la Empresa Nacional de Electricidad. El desarrollo de la industria nacional requirió entonces de profesionales y técnicos especializados, favoreciendo la consolidación de la Universidad Técnica del Estado.
Para solucionar los problemas de infraestructura educacional que aquejaban a la mayoría de las instituciones chilenas, el Estado a través de la Reforma Tributaria de 1954, aprobó la creación del Fondo de Construcción e Investigaciones Universitarias, destinando a este fin el medio por ciento de todos los impuestos directos e indirectos de carácter fiscal y de los derechos de aduana y de exportación durante un plazo de 20 años (Acta de Consejo Universitario, 4 de junio de 1954). En el proyecto inicial curiosamente no aparecía la UTE como beneficiaria, razón que ameritó la apelación de las autoridades de la universidad. Días después, la Cámara de Diputados aprobó incluir a la UTE entre los beneficiarios del Fondo con un 1/8 del total, correspondiente a $300.000.000 del proyecto de Reforma Tributaria. La Ley se promulgó finalmente el 14 de agosto de 1954, entrando en funcionamiento el 1° de enero de 1956.
A pesar de lo anterior, debido a los altos costos que significaba mantener una institución técnica, el dinero del Fondo resultaba aún insuficiente, por lo que el Ministro de Educación le planteó a Seguel la posibilidad de obtener financiamiento a través de: 1) las empresas industriales (aporte del 10% de los sindicatos y 20% de los patrones, correspondiente a $25 millones de pesos anuales); 2) 5% del 15% que la Ley 10.255 estipulaba como tributación de la industria del cobre (correspondiente a $25 millones de pesos anuales); y 3) Aportes de personas que residían en el extranjero y que recibían utilidades de la industria y minería el cual correspondía al 1% de las ganancias.
El 5 de mayo 1955 a través de la Ley N°11.828 del Nuevo Trato al Cobre, el Gobierno de Ibáñez regularizó la situación tributaria y de fiscalización de explotación del cobre, hito que marcó el inicio de lo que más tarde se profundizaría con la chilenización (1966) y nacionalización (1971) del mineral. El Artículo 27° de la nueva ley indicaba que del 10% del ingreso obtenido por la explotación del mineral, un 5% se destinaría a la UTE, la cual podía efectuar giros que correspondiesen a inversiones en construcción, como por ejemplo, habilitar y ampliar estaciones experimentales, plantas, laboratorios e institutos tecnológicos. Con esta ley se pudieron realizar trabajos menores de construcción tales como la finalización del taller de la Escuela de Minas de Copiapó (A.C.U 204, 1958) y la adquisición de maquinarias para esa escuela y la EAO (A.C.U 205, 1958)
Durante los meses posteriores el Consejo Universitario discutió la redistribución del presupuesto, concretándose, por ejemplo, la compra del inmueble ubicado en Alameda Bernardo O’Higgins N°1611 y que hasta entonces estaba siendo ocupado por la Casa Central. Por otro lado, la construcción del compejo habitacional Portales (1954-1966) y la desocupación de los terrenos ocupados por la Escuela Práctica de Agricultura de la Universidad de Chile y Laboratorio Chile, abrieron la posibilidad de proyectar la construcción de un barrio o área universitaria junto a la Escuela de Artes y Oficios. Las autoridades de la UTE se reunieron con el Vicepresidente Ejecutivo de la Caja de Empleados Particulares por la posibilidad de permutar el terreno en que estaba ubicado el Estadio de la EAO, frente Avenida Ecuador, por terrenos ubicados dentro de la Quinta Normal. La construcción de un barrio universitario no sólo sería favorable para agrupar en un mismo espacio todos los departamentos de la universidad, sino que también para valorizar el sector de Estación Central ya no desde una esfera comercial, sino que también como un destino educacional antes de transformarse en una comuna autónoma de Santiago.
Luego de un año de discusión del proyecto, finalmente se concreta en 1957 bajo la idea de Seguel de construir pabellones desarmables de material ligero, hormigón armado y estructuras metálicas. En octubre de ese año, el proyecto arquitectónico es adjudicado a la oficina de Carlos Bresciani, Héctor Valdés, Fernando Castillo y Carlos García Huidobro (BVCH), mientras que el contrato y proyecto definitivo es aprobado en agosto de 1958, iniciando la construcción un año después.
La inauguración del complejo se realiza finalmente el 28 de marzo de 1961, contando con la presencia del Presidente de la República Jorge Alessandri y diversas autoridades del sector público y educacional. A pesar de la inauguración, las obras continúan hasta un par de años después con la construcción de la Escuela de Ingenieros Industriales (actual Facultad de Ingeniería) y las dependencias de Química y Biología.