Trabajos voluntarios

Los trabajos voluntarios de la UTE constituyeron parte importante de la formación política, laboral y humana del estudiantado, siendo considerados como una actividad fundamental para establecer contacto con las comunidades, en un momento en que la universidad se esforzaba por vincularse con los problemas de la sociedad.

Sus inicios se remontan a la década del sesenta; entre 1965 y 1966 su desarrollo se incrementó considerablemente, transformándose en una actividad relevante para los estudiantes. En un comienzo, su orientación fue bastante amplia: desde campañas solidarias en ayuda a las poblaciones afectadas por algún desastre natural, sectores de extrema pobreza y aislamiento social, cultural y regional, hasta la convocatoria –a fines de los sesenta e inicios de la Unidad Popular– a extensas jornadas que vincularon a la universidad con las problemáticas sociales.

Bajo el liderazgo de Alejandro Yáñez en la Federación de Estudiantes de la Universidad Técnica del Estado (FEUT), los trabajos voluntarios adquirieron una nueva dimensión y potencia, acercando la universidad a regiones del sur de Chile, como Concepción, Talca, Chillán y Valdivia. Esta tarea fue acrecentada gracias a la presencia de la universidad en regiones, pues las sedes de la UTE permitieron fortalecer el vínculo entre los estudiantes que participaron en los trabajos voluntarios y las comunidades locales.

Durante el proceso de reforma universitaria liderada por los estudiantes y el Rector Enrique Kirberg desde 1968, se profundizó y valorizó el gran despliegue de esfuerzos relacionados al aporte y compromiso de la universidad con la sociedad, estableciéndose el 16 de mayo como el “Día Nacional del Trabajo Voluntario”.

En este marco, las principales tareas consistieron en contribuir a la implementación de jardines infantiles, construcción de viviendas de emergencia, urbanización de campamentos, reparación de hospitales y locales escolares, hermoseamiento de plazas, centros deportivos, entre otros.

El trabajo voluntario fue la contribución más importante de los estudiantes de la Universidad Técnica del Estado y de otras universidades al proceso interno de las corporaciones, como la que vivía el país entero desde fines de la década del sesenta. Posterior al golpe de Estado esta actividad decreció rápidamente, encontrándose escasa documentación respecto a su desarrollo. La actividad juvenil se desenvolvió básicamente desde la Secretaría Nacional de la Juventud, con actividades de carácter asistencialista que mantenían a los jóvenes en un rol secundario y distanciado de cualquier manifestación política.